sábado, 10 de agosto de 2013

Dejando huellas: Adelanto, confesiones.

Hola chicos, les traigo un pequeño adelanto sobre Dejando huellas en forma de agradecimiento por seguirme día a día.
Espero les guste, y comenten qué les pareció tanto en el grupo privado como acá. 
Y no olviden que en la tarde tienen que votar para elegir qué manuscrito quieren que sea transformado en formato PDF.
¡Disfruten! y feliz sábado.

Dejando huellas.
Puede contener spoilers.

―A veces me siento indigna de ti. Veo las cicatrices y las marcas alrededor de mi cuerpo, y siento que cualquier mujer podría darte algo mejor.
Las palabras de Ada cortaron el tenso silencio, y aunque en un principio Félix no respondió, ella pudo ver sus hombros subir y bajar al ritmo de su respiración, acelerada y dolorosa.
―No sabes lo que estás diciendo― murmuró.
Ella puso los ojos en blanco, una característica habitual en ella cuando no le hacían caso, y al hacer ese pequeño movimiento ocular, una lágrima se derramó suavemente hacia su mejilla.
Se levantó con torpeza, y se colocó por detrás de él.
―De hecho, estoy segura. Sé lo que sientes cuando estoy cerca, porque yo siento lo mismo respecto a mí misma. Sé que no puedes mirarme si quiera―. Dicho esto, se movió alrededor de él hasta quedar cara a cara.― Mírame― gimió con tristeza, y él por acto reflejo giró su rostro―. ¿Lo ves? no puedes estar cerca de mí. No puedes verme, como yo no me puedo ver a mí. 
Félix se pasó las manos por el rostro, en un gesto de desesperación, y luego, inconscientemente, jaló de su cabello castaño rojizo. Una costumbre habitual en él.
―Basta― le pidió, de pronto molesto―. ¿Sabes por qué no puedo mirarte? ¿Quieres saberlo? Porque cada una de esas marcas representa lo que te han hecho, y fueron acciones injustas. Has pasado el peor de los calvarios, al igual que esas mujeres, y aunque no sé la respuesta, siento que me duele en lo profundo de mi alma cuando te miro, y no consigo averiguar la razón. Tanto ellas como tú han pasado por lo mismo, pero las únicas cicatrices que quiero besar hasta que sanen son las tuyas. Solo quiero abrazarte a ti, y quiero que sueñes conmigo, no con las mierdas que te han hecho. Quiero que lo superes, por el simple hecho egoísta de que no puedo soportar verte así. Me estoy consumiendo como si fuera una maldita vela. Cada día que pasa me marchito, solo porque han roto tu corazón, y por ende, el mío.
Inesperadamente, los ojos del hombre se cristalizaron debido al llanto retenido. Incluso él mismo se sorprendió de sus acciones, y su propio monólogo. Se sonrojó un poco, culpable. Le había gritado sin razón sus sentimientos, los cuáles quizás nunca fueran correspondidos, aunque sabía que no era así.
Recordó los encuentros furtivos, y las miradas cruzadas, y supo que no era verdad. Pero el problema era que ninguno de los dos estaban preparados para lo que sentían.
Ada era una mujer extraordinaria, aunque con el paso del tiempo la habían convertido en una pequeña muñeca de trapo, la cuál utilizaban a su antojo, mientras que Félix era un hombre dedicado a su trabajo, única y exclusivamente, porque jamás quiso comprometerse con nada ni nadie, luego de todo lo que había pasado.
Así que, de pronto, ¿cómo era posible que ambos se sintieran tan atraídos el uno por el otro? sobretodo cuando ninguno estaba en un estado de decidir sobre sus propios sentimientos. 

Ella lo miró un par de segundos anonadada, hasta que finalmente recuperó la compostura, y sin saber qué hacer, se acercó titubeante hacia él, hasta que pudo rozar su nariz y sus labios contra la mejilla caliente y con una pequeña barba de unos días de él. Ada con cuidado colocó una mano sobre esta, y Félix inconscientemente giró el rostro, lo cuál hizo que sus bocas se unieran en devoción.


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1 comentario:

  1. Vaya declaración!!!! me encanto!!! esta de mas decir que quiero mas???

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